La meditación y la vida espiritual de los niños.

Meditación para niños

Cuando nos convertimos en padres, nos cuestionamos cómo impartir valores espirituales a nuestros hijos. Por tendencia solemos trasmitir  nuestra herencia familiar. El modelo de enviarlos a la iglesia es una alternativa. Pero a medida que más personas se alejan de la religión organizada para crear su propio camino y gracias a la apertura globalizada del conocimiento de nuevas corrientes filosóficas y culturas, muchos de nosotros optan por atraer a toda la familia a la espiritualidad personal de los padres. Los niños crecen para reflejar cómo se crían, lo que hace que este sea un tema importante.

Según Deepak Chopra, la vida espiritual de un niño debe ser apropiada para su edad. El cerebro de un niño muy pequeño no ha madurado lo suficiente como para absorber las creencias de los adultos, y el desarrollo general de cada niño es único. Antes de los 10 años más o menos, siento que la crianza espiritual tendrá el efecto más duradero si construye una base en el ser en lugar de centrarse en los principios.

Como cuestión práctica, cada niño pequeño debe sentir que:

• Son amados y cuidados con ternura.
• Son una bendición para sus padres.
• El ser una buena persona viene de adentro.
• La felicidad y la realización son naturales.

En esta etapa, el papel del cuidador es muy importante. Los niños pequeños tienen sus propias predisposiciones que aparecen temprano. Un niño comienza a mostrar rasgos de personalidad muy pronto en la vida. Sin embargo, no importa cuán diferentes sean, los niños deben sentirse dignos y amados.

La siguiente fase de la crianza espiritual se trata de valores. Los estudios de psicología infantil han demostrado que los bebés desde los 6 meses de edad quieren ayudar a sus madres, e incluso los bebés reaccionan positivamente cuando ven un buen comportamiento y evitan el mal comportamiento en los demás. Entonces, hay razones para sentir que los niños tienen una naturaleza moral.

Con eso en mente, los padres deben desarrollar los valores internos de un niño, teniendo en cuenta que comprender estos valores mentalmente, en términos de ideas abstractas, no va a suceder desde el principio. En cambio, los niños internalizan lo que ven y cómo son tratados. Decir «Sé amable con tu hermanito» impresiona la primera vez, con un significado decreciente a medida que se repite. Pero ver a los padres que son justos y amables entrena el cerebro de un niño en esa dirección.

Los valores de toda la vida no se inculcan a través de lecciones negativas y castigos. Lo que un niño integra de estas experiencias es culpa, vergüenza y resentimiento. Lo mismo es cierto si los padres infunden miedo y dudas diciéndoles a los niños: «La vida es injusta», «Si no buscas el número uno, nadie más lo hará» y «Si quieres algo en este mundo, tienes luchar por ello “.

Recuerda, lo que todos crecemos recordando más vívidamente de nuestra infancia es el tono emocional de la vida familiar. Los niños criados en un ambiente familiar tenso, estresante o difícil se adaptarán a él, porque está en su naturaleza, pero eso no significa que salgan sin daños.

La meditación para niños y su interior 

La meditación y la vida interior.

Estudiando a Deepk Chopra y toda la sabiduría que nos ha ofrecido el Mundo Oriental, puedo dar fe de cómo la meditación puede aumentar la sensación de autoestima e incluso poder de un niño, porque es una actividad que solo les pertenece. El cerebro de la infancia es un factor aquí. Se ha demostrado que la introducción de la meditación en las escuelas conduce a mejoras de comportamiento en las edades más avanzadas (secundaria y posterior). Meditar  beneficia a las edades más jóvenes cumple los siguientes criterios:

• Se practica como una diversión.
• El niño expresa placer.
• Nada es forzado o convertido en una tarea.
• Participa toda la familia.

 

Mirando hacia atrás, muchos adultos se sienten desanimados por las lecciones religiosas que sus padres intentaron impartir debido a un aire de moralidad estricta o presión para ser buenos. La belleza de la meditación es que todo viene de adentro, pero «adentro» significa cosas diferentes a diferentes edades.

A partir de los seis o siete años, cada padre tendrá que jugar esto de oído, los padres pueden sentarse a meditar con un niño usando una técnica simple. Siéntate en silencio con los ojos cerrados y sigue la respiración. No le pidas al niño que medite por más de 5 a 10 minutos. Deje en claro que si dejan de disfrutarlo, son libres de levantarse e ir a jugar. Pero los padres deben continuar su propia meditación durante el tiempo habitual.

Al ser invitado y, sin embargo, tener la libertad de elegir, lo bueno de la meditación para niños es que los ayuda a tener el control. La peor lección es sentir que la meditación es una forma de controlarlos, obligarlos a establecerse y «ser buenos». En otras palabras, no hagas de la meditación el equivalente a sentarse en la esquina o tomarse un descanso. Un niño que corre o actúa necesita una siesta, una conversación o algún otro correctivo. La meditación no es una de ellas.

El mayor beneficio de la meditación se produce cuando un niño puede notar los cambios reales por sí mismo. Se sienten más tranquilos, más centrados, menos preocupados, menos tentados a actuar. Como padres podemos persuadirlos de que hagan de la meditación una rutina, pero suavemente, señalando un cambio positivo y siendo cuidadosos de no imponerlo. La vida interior de todos es privada, no importa cuán jóvenes sean. Tomar nota de los cambios internos probablemente no sucederá de manera constante hasta los 12 años o más tarde, y la atracción de los cambios importantes probablemente no sucederá hasta la adolescencia media o tardía, un momento en que descubrir quiénes son es algo natural para los adolescentes.

Tal vez no has intentado nunca meditar y has leído este artículo por casualidad. Espero sea fuente de motivación para que lo intentes. Si ya has vivido en tu experiencia los impresionantes beneficios de callar la mente y vagar en el inmenso universo de nuestro interior, estarás totalmente de acuerdo con el hecho de que mientras más temprano en edades incorporemos el meditar en nuestro día a día, el mundo estaría vibrando hacia una conciencia superior.

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