Lucir un vientre plano es algo que preocupa a hombres y mujeres por igual.
Esto se debe a que la tendencia a acumular grasa en el vientre es casi un hecho en todas las personas. Aunque la grasa se distribuye en todas las partes del cuerpo, es en el abdomen donde más se localiza. Por ello, tener una barriga es algo muy común y fácil de lograr.
Pero cuando las personas se enfrentan a la ardua tarea reducir esa misma barriga y de devolverle la firmeza a su vientre, se dan cuenta de que lograrlo, aunque no es imposible, requiere tiempo, una alimentación sana y abundante en agua, y ejercicio, mucho ejercicio.
No hay vientre plano sin una dieta equilibrada. Intente comer bien y digerir bien.
Al comer despacio y masticar adecuadamente cada bocado que introduce a su boca le está dando más oportunidades a su estómago de realizar un correcto proceso digestivo.
Opte por una dieta baja en grasas y alta en fibra. Por ejemplo, la carne roja, las frituras y los dulces –aunque sabrosísimos— no favorecen el tránsito intestinal y hacen que el vientre se encuentre hinchado constantemente. Mientras que las legumbres,
frutas y cereales ofrecen una sana opción que nutren y reducen el nivel de grasa en el abdomen.?Cuando el objetivo es lucir un vientre plano, es preciso beber un mínimo de litro y medio de agua al día y evitar todas las bebidas gaseosas que fomentan el agrandamiento del abdomen.
El Ejercicio
Dedique algo de su tiempo a los ejercicios para reafirmar el vientre. La inactividad física ablanda el músculo del abdomen y hace que este pierda su firmeza.
Los famosísimos abdominales son el mejor ejercicio para endurecer el vientre y hacer que éste se tonifique. Como cualquier otro ejercicio, requieren constancia para ser sinónimos de salud. Los abdominales deben ser pausados y bien realizados:
el secreto está en la forma en que se hacen y no en la cantidad.
Otros ejercicios como la gimnasia, el ciclismo, la natación y hasta una caminata de media hora benefician el proceso de conseguir un abdomen plano. ?Conseguir el abdomen plano no es sólo un asunto de estética, es una necesidad para la salud del cuerpo.
Cuando las personas no le prestan atención a reducir su barriga se encaminan por un sendero que puede ser bastante peligroso.
Un vientre hinchado produce problemas lumbares, oprime el tórax y dificulta la respiración. Además, crea inestabilidad en el cuerpo y hace que algunas extremidades inferiores –las piernas, por ejemplo— deban lidiar con un exceso de sobrepeso que nada beneficia al resto del organismo.
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