Hay un dicho en el yoga que reza: «Tus problemas están en tus tejidos». Es asombroso, pero cierto. La buena noticia es que el yoga puede ayudarte a reconocer y digerir tus sentimientos difíciles, ya sea que surjan dentro o fuera del entrenamiento. Lo que te lleva al mat de yoga una y otra vez es esa maravillosa sensación de plenitud y paz cuando te mantienes presente con lo que sea que surja durante la práctica, y también cuando traes lo que está presente en tu vida diaria al mat.
- Pose del niño (Balasana)
Esta pose es el punto de partida perfecto y tranquilo para la práctica de yoga.
- Comienza a cuatro puntos en la ásana de la Mesa.
- Junta los dedos gordos de los pies, separe las rodillas y presiona las caderas hacia los talones.
- Apoya la frente en el piso o tus manos juntas.
- Ejerce una ligera presión sobre la frente hacia la línea de la ceja (en lugar de la línea del cabello) para moler y calmar cuerpo y mente.
- Permanezca en la postura por dos minutos.
- Regula la duración de tu respiración a un patrón de inhalación de cuatro recuentos y exhalación de ocho recuentos.
- Forma libre de Gato y vaca (Marjariasana y Bitilasana)
Este calentamiento alentador preparará tu cuerpo para mantener las posturas que siguen.
- Vuelve a la postura de la mesa.
- Mueve tu columna vertebral en suaves curvas hacia adelante y hacia atrás (también arqueadas y redondeadas).
- Al inhalar, eleva el coxis y la barbilla hacia el cielo y deja que la barriga se mueva hacia la tierra.
- Mientras exhalas, introduce tu barriga en tu columna vertebral y redondea la espalda hacia el techo mientras te abrazas la barbilla y el coxis.
- Alterna estos dos movimientos varias veces.
- Ahora, deja que este movimiento evolucione. Puedes balancear las caderas de lado a lado, o hacer círculos y barriles, cualquier tipo de movimientos suaves que despierten y energicen su columna vertebral.
Deja que se sienta bien y deja que tu cuerpo, en lugar de tu agenda, lidere el camino. Mientras tanto, mantente consciente del paisaje físico, mental y emocional.
- Perro mirando hacia abajo (Adho Mukha Svanasana)
Perro mirando hacia abajo, es una pose de yoga omnipresente, brinda un estiramiento lujoso a toda la parte posterior del cuerpo, desde las piernas hasta la columna vertebral y los hombros, y es un lugar saludable para sostener y observar. Una inversión leve, permite que fluya más sangre a su cerebro.
- Desde la posición de la mesa, pasa las manos unos centímetros hacia adelante, doble los dedos de los pies hacia abajo y presione hacia arriba y hacia atrás para bajar el perro.
- Primero, pedalea tus talones y libera cualquier tensión de tu cabeza y cuello.
- Luego, endereza los brazos, alarga el torso, levanta los huesos sentados hacia arriba y hacia atrás, presiona los muslos hacia la pared detrás de ti. Doblar las rodillas está perfectamente bien aquí.
- Apoya tus talones hacia el piso si te es posible.
- Intenta mantener todas estas acciones en el cuerpo mientras respiras profundamente y mantén la postura durante dos o tres minutos.
- Pose de paloma (Kapotasana)
Según la teoría del chakra, las caderas son el asiento del chakra sacro o segundo y gobiernan las emociones. En otras palabras, ¡es posible que sus problemas estén especialmente relacionados con los tejidos de la cadera!
- Desde la ásana de la Mesa, desliza tu rodilla derecha detrás de tu muñeca derecha.
- Flexiona el pie derecho y desliza el talón hacia la parte delantera de la colchoneta.
- Desliza el muslo izquierdo hacia atrás y estira la rodilla izquierda, luego ensancha el lado izquierdo de la pelvis hacia la izquierda y desciende las caderas y las nalgas más cerca del piso.
- Desplaza tus manos hacia adelante, descansa la frente sobre los antebrazos, en un bloque o en el piso.
- Respira. Permite que las sensaciones estén ahí. Relájate todo lo que puedas.
A veces puede surgir tristeza o dolor inesperado, si lo permite. Las lágrimas pueden proporcionar un alivio bienvenido de las heridas del pasado que puedes o no recordar conscientemente. Trata de permitirte esta experiencia sin etiquetar los sentimientos como buenos o malos, y sin alejarlos. Después de tres minutos, cambia de lado.
- Pose de cadáver (Savásana)
También conocido como relajación yóguica o Savásana, este es el mejor momento para integrar la experiencia físico-mental-emocional que has tenido.
- Acuéstate sobre tu espalda y relaja las piernas para estar a la misma distancia de la línea media.
- Abre los brazos en un ángulo de 45 grados, girando las palmas hacia arriba. Tómate el tiempo para establecer Savásana de manera simétrica para que tu Prana, o energía vital, fluya sin obstáculos a través de los cuerpos físicos y emocionales, brindando descanso, integración y tranquilidad.
- Deja ir el pensamiento, el análisis y la interpretación, y permite que tu mente flote o divague si lo desea. Puedes encontrarte bendecida con una experiencia del Ser puro.
- Quédate en Savásana de cinco a diez minutos.
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